miércoles, 1 de septiembre de 2010

UN RATITO EN UNA OFICINA PUBLICA DE LA ROMANA

Por Henry Osvaldo Tejeda B.

 Si usted le echa un vistazo aunque sea somero a todo lo que ocurre a su alrededor, verá que hasta le resultará  atractivo si lo coge por el lado amable. 
 Elpidio atento a su llamado ¡Cuanta seriedad!

Para ejemplo, solo observe el "tejemeneje" que tiene lugar durante un par de horas en una oficina pública. En este caso, la Junta Municipal Electoral de La Romana, donde la gente ahora puede disfrutar de un buen aire acondicionado mientras espera sus documentos y, mejor aún, ya no hay que deshacerse de $500.00 tululuses para enviar a Santo Domingo, a legalizar los documentos. Estamos avanzado, aunque los perros no estén ladrando.


No ví ningún tributario en el área ( persona que le cobra a usted  por "agilizarle" la salida de sus documentos y que,  a su vez, le da parte de la mordida a un empleado de adentro para que "meneé" esos papeles. No vi tributarios, pero en cambio vi un viejito que, jarrito en mano,  las hacía de tributario pero sin ayudar a "agilizar" nada, su misión es la de mejorar su situación económica a costillas de los que van a esa oficina. ¡Muy ingenioso, tiene su oficina en otra oficina y....con aire acondicionado Central!

Aquí se le montó un luá a Elpidio. Se paró  a comerse a cualquiera.
 Todo resulta entretenido, hasta ver algunos que se quejan de que hace rato que están en espera de sus documentos, como resultó con el bueno de Elpidio Tolentino, Secretario General del Sindicato de Periodistas de La Romana, quien fue a legalizar unos documentos escolares y al cual aproveché para preguntarle uno que otro chismecito del medio..

¡O me dan esos papeles ahora,
o se arma la del Diablo!
Elpidio parecía que tenía Chinches o Piojos, pues tanto se rascaba la "puerta de campo", como en
la cabeza; se paraba, oteaba el panorama, daba unas vueltecitas como un Pavo Real, volvía y se sentaba, "relojeaba" en los despachos de los empleados, luego  llamaba a alguien y, ,,,, en fin, estaba muy inquieto el viejo Elpi, parece que el hambre le estaba picando ya (era el mediodía). Pero lo comprendemos porque hay un especie de lombrices llamadas Tenia, que se alojan en la barriga de la gente, que ponen la mesa a las doce en punto, y a esa hora no transigen con nadie.

El viejito que, jarrito en mano, espera el momento de dar la "mordía".
Yo desde mi lugar en la sala de espera, veía a Elpidio, y me retrotraje a los tiempos aquellos de los actos escolares, donde uno tenía que recitar (o cantar) una poesía aunque fuera corta, y la unica que me sabía era esta:  "Mirar para arriba, mirar para abajo, mirando a Elpidio pasando trabajo" , perdón, quise decir... "mirando a mi madre pasando trabajo" Je je je 

¡Mire señor, corbaticas mejores que esa, me las he tragado yo sin eruptar!

 La verdad es que, ese tiempecito que estuve ahí la pasé bién. Al final, resultó que me despacharon primero que a Elpidio y solo le faltó ponerse a llorar como Quico el del Chavo del 8, porque yo llegué después de él y salí primero.  

Solo quise hacerles ver que, lo estresante de nuestro diario vivir, puede ser convertido en momentos relajantes, si lo aprendes a tomar por "el lado amable".  
Ahí les dejo las imágenes para que confirmen lo que les acabo de decir. Luego supe que todo terminó bien, no hubo muertos ni golpeados. ¡Que bién!