jueves, 11 de junio de 2015

CHACHARAS: TIRANDO PARRAFITOS COMO LOS LOCOS

Por Henry Osvaldo Tejeda Báez

Este es el país más raro del mundo, me recuerda al "Mundo Bizarro" de una sección que traía la historieta de Superman de los stentas. 


El Bizarro, era un mundo, también de nuestro sistema solar ubicado en la Vía Láctea, pero era cuadrado, y todo lo que aquí se considera normal y bien hecho para ellos era incorrecto.


  
De todo lo que existe en la tierra, había un doble en ese mundo; dormían con la almohada en los pies y tenían también un Superman, ese súper héroe se llamaba Súper Bizarro. ¿Recuerdan eso? No, no lo recuerdan, son muy jóvenes para ese, además, no a la juventud de hoy no le gusta la lectura.

Lo que dije de que aquí somos muy raros lo digo, porque vivo en un país donde a los pesos les llaman "Tululuses", "Jáquimas, "Estrujaos" y "Molongos" entre otros nombres que ahora no recuerdo. 


Un país donde a las mujeres que se son muy alegres les dicen aviones, por eso de "aterrizar" en cualquier callejón por oscuro que este sea, y sin importan si la pista de aterrizaje tiene escombros o no, gatos haciendo "malas palabras", sica regada por doquier, botellas vacías, basura, tigueres fumando marihuana, entre mil dominicanadas más.


Un país en que, a los chiquillos de la clase pobre les dicen "carajitos", o "tigueritos". a los de los ricos les dicen niños;   y a los jóvenes que no tienen ni en que caerse muertos por falta de trabajo les dicen "descascaraos", pero en cambio, a los hijos de los ricos les dicen "jevitos" aunque sean unos malditos vagos del carajo. La vaina es que están siempre en el medio y gastando cuartos.

Digo país raro porque, cuando un pobre se muere dicen que "guindó los tenis" (léase colgar), y si es un rico el que se muere dicen que "falleció"; que si a un pobre le da gripe, la gente dice que tiene un maldito "Rocorroco", pero esa misma enfermedad la tiene un rico, dicen que ese señor sufre de un "resfriado". 


Que a un  prieto (perdón, quise decir, a un moreno, casi azulito tirando a morado ) le dicen "Molleto" (En mi pueblo, San José de Ocoa le decíamos “Charolo”, por el color brilloso de los zapatos de Charol).

A los blanquitos de baja ralea (mala clase) les dicen "Jabao", término este usado para decir que ni es rubio, ni "indio, ni verde, ni amarillo, ni de otro color, pero que se le dice así de manera despectiva como para recordarles a los morenos, que no se "guillen" de blanco, por más vainas que quieran hacer de las que hacen los “blancos”.


En Ocoa, no fuimos nunca racistas, eran puros relajos de muchachos. En Ocoa somos muy jocosos.


(Guille: hacer gala de lo que no es) ¡Ofrézcome, cuánto tengo que explicar! Ya me estoy jartando de esto pero, si no las explico, solo me entenderán los que viven en este paraje de América Latina al cual nos empeñamos en decirle país. ¡Vaya usted a ver qué país!

En un país que, cuando tú dices que la cosa esta floja, es lo mismo que decir que esta apretada y que, en tiempos de Navidad, cualquier azaroso se te acerca para decirte ¡Dame lo mío!, como si fueran un país lleno de Migueletes Vargasianos Maldonadenses. ¡Dámelo, dámelo!

El tipo te aborda y te dice:

 _ ¡Oye, Mano, dame mi Navidad! Como si fuera una obligación tuya tener que “jalar” por la cartera para “mojarle la mano”, o como si estuvieras jugando un "San" con él.

Esa navidad que te piden podría ser: una botella de "romo" malo, cien "tululuses" (pesos), una botella de vino malo de ese que, cuando el que se lo bebe pone turulato, se cree que los policías son tan pequeños como gnomos (enanos), entre otras vainas que yo creo que solo se ven en este batatal con luz, al que le decimos  dizque país, aunque para los peledeistas (Los ya famosos “Comesolos”, aquí vivimos mejor que en Suiza. 

Si  un "tiguere", cuyo único norte en la vida es joder la paciencia le pide "su navidad a un “grillito” del barrio, en otra clase de la sociedad podría entenderse que le está pidiendo un regalito o algo por el estilo, pero en la clase baja, en el caserío donde vive montones de trozos de carne con ropa, eso de que un “tiguere” le pida “su navidad” a esa chica que no trabaja, es lo mismo que decirle “Dame un chin" (léase, un poquito, algo, un rato).


La chica, a la que denominan grillo, entiende perfectamente eso de “Dame mi navidad”, porque sabe que, en el idioma del sexo de barrio de clase baja eso quiere decir "un polvito" (Polvito: relación sexual de corta duración. 


Si ese "polvito" se realiza en un motel, el que atiende el negocio pregunta casi voceando:

_ ¿De amanecía o "de paso"? (Quiere decir, si van a pernoctar la noche entera, o solo por un par de horas)

Si es de "amanecía", te cuesta más caro. No es raro que se los demás “vecinos” de habitación escuchen la voz del agraciado con el "polvito" que, por entre el espacio que hay para pasar toallas, cerveza, “romo”, o lo que sea.


_ ¡Es “de paso”, y tráete una fría! (eso es, una cerveza, y ni la marca se dice porque aquí todos sabemos la marca, pero si el tipo está “derrengao” del bolsillo, puede que especifique la marca de la cerveza por ser más barata. 
Un tiguerazo dominicano

 ¡Ah, trae también una toalla y papel sanitario! -Dice la misma voz del agraciado con el “polvito”.  

¡Que show! No me explico cómo es que hay tanta gente sin oficio que se pone a leer todas estas vainas que se me ocurre escribir, pero nada, en el mundo hay de todo y usted es parte del "tollo", perdón, quise decir, del todo. 

En este país, te pasan el  vídeo de un cura "cundango" -léase, marica- haciendo "travesuras sexuales" con un menor de edad, y en lugar de reprochar el acto o cortarle el "Ripio" (el pene) al cura, lo que hacen es ponerse a discutir sobre si fue cierto que se le vieron las "gandumbas" (léase, el saquito recipiente de “Las Bolas”).

Uno decía: "Jesús, no seas mentiroso, esos no son los cojones del padre".

_ Pues mira que, dice el otro, esos sí son sus cojones, estoy seguro de eso. 
Tamaña discusión, dizque por las bolsas de un cura. 

Tenemos aquí un tipo con el título de cardenal, un tajalán con la cara como la de un caballo que vive metiendo “las narices” donde no debe, aunque nunca las mete donde debe,  y cuidado quién le pregunte de eso en una entrevista, porque se le ponen las orejas hábiles para asar batatas por la calentura que le entra.


Aunque usted no lo crea, a ese hombre le entran unos encojonamientos diabólicos pues él dice que, debajo de esa capa supermánica llamada sotana que tiene puesta,  él tiene “su cosa”. Lo que no sabemos es si la ha usado alguna vez, o todavía las tiene en su estuche de fábrica. 

Pero esos tipos así, se mantienen “rechos” (Recho:  metío en gusto) y si no “arreglan” a una monja, se las buscan con un “monjo”.


Pues bien, ese tipo le “mienta” (Léase, menciona) hasta la madre al periodista que ose criticarlo, y para los que no lo saben, el tajalán ese tiene el rango de General de Brigada (de los poderosos). En la brigada de ese general, hay un caterva de rasos maricones. ¡….su, santísimo!


Lo dejaré de este tamaño no por miedo, sino, para no ser anatemizado aunque no sé con qué se come esa vaina. ¡Zafa!

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