Al final de sus catastróficos gobiernos, a Leonel y a su querido partido les han caído "las taracas" encima. Algún día el pueblo tenía que despertar; no es posible que un grupito de gansters haya secuestrado a todo un país y hacer de él lo que les ha venido en ganas durante tanto tiempo sin que haya algo que les ponga fin.
El gobierno se está manejando como una tiranía cuando está por caer, arremeten contra todo lo que creen que les estorba su continuismo, violan los derechos humanos sin piedad, empiezan a "recoger" los cuartos del erario y cada cual por su lado, los mandan para cuentas en el extranjero en bancos de países con los cuales este país no tiene acuerdos bancarios ni de otra índole, para evitar así, que unas nuevas autoridades puedan extraditar esos bienes mal habidos. Se las arreglan para "ponérselas en China" a las nuevas autoridades.
Una vez más digo, que la suciedad de este gobierno no es la que hemos visto y la que nos imaginamos, eso no es nada, comparado con la mugre que saldrá a la luz pública cuando caiga el tiranito.
Es cuando el pueblo deberá tomar acciones para obligar a la justicia a enjuiciarlos por los daños y perjuicios causados a este infeliz y sufrido pueblo, quien le dio dos oportunidades mas luego de haber salido de un primer gobierno sin luces ni gloria.
Cuando asumió de nuevo el gobierno en el 2004 no fue por bueno, sino, porque Hipólito lo ayudó reeligiéndose sin necesidad, y como no habían más, el pueblo le dio otra oportunidad al tiranito.
Sólo cuando el pueblo se envalentone, se le saldrá de la cabeza a este sujeto (así le llamó este sujeto una vez a Peña Gómez) querer volver a gobernar un país de gente humilde y decente.
No me canso de decir que, si Hipólito lo hubiera metido preso cuando tuvo la oportunidad, este país no estuviera como está, destruido, desfalcado, en la ruina y con más deudas que un empleado público en Enero, después del día Reyes.
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