viernes, 27 de julio de 2012

CHACHARAS DE UN BUEN NEGOCIO LÍCITO Y SIN RIESGOS

Por Henry Osvaldo Tejeda

Mami, ya tengo 20 años y no estoy produciendo dinero. Necesito ser autosuficiente, por tanto, tengo que decirte que mi amigo Luis y yo hemos decidido instalar un negocio -Dijo Julio a su madre-

_ ¿Ajá?, mira que bien Julio, eso me gusta. ¿Y qué negocio es ese hijo mío?
_Bueno, mami, por ahora no te puedo decir porque hasta que no reunamos una gran parte de la materia prima para empezar, no podemos revelar nada.

_¡Ay no, debes decirme ahora mismo de qué se trata! la juventud de hoy es muy alocada y se mete en camisas de once varas y luego están con el grito al cielo, y para que luego no me agarre de sorpresa cualquier problema, debes decirme ahora mismo de qué se trata ese negocio. -Dijo la madre, en tono calmado pero enérgico-

_ Mami, planeamos tener la base de operaciones del negocio, en el patio de la casa de mi amigo Martín por ser bien amplio; tenemos cuatro muchachos más que se encargarán de conseguir la "materia prima" en las calles y en los callejones; tenemos ya un moledor de carne y tenemos la ubicación exacta para hacer el trabajo; estamos cerca de un retrete, pues, los que nos asesoraron respecto al negocio nos dijeron que era necesario poner la base de operaciones al lado de una letrina y que entre más hediera, mucho mejor para el negocio.

¡Santo Dios! Pero, ¿y qué clase de negocio es ese, que tiene que estar al lado de una letrina? ¿Es que se están volviendo locos? ¿No saben ustedes que Salud Pública y Medio Ambiente puede cerrarles el negocio desde que se den cuenta del lugar escogido para trabajar? -Dijo la madre escandalizada-

_Mami, con ese trabajo, estaremos colaborando con la salud del pueblo y de paso, limpiar el medio ambiente. Tu verás que dentro de un par de meses, no vas a ver más peros, gatos, ni otros animales deambulando por las calles.

Es un negocio cuyos costos son bajos, es un negocio redondo; es casi lo mismo que vender agua en funditas. ¡Díme tu, cuándo se acabaré el agua? ¡Nunca!
Al menos eso pienso yo.  -Dijo el joven, lleno de alegría y optimismo-

_Tampoco verás a todos esos burros rasquiñosos, y mulos viejos famélicos cargados, halando destartaladas carretas por las calles. Todo eso se va a acabar.
¿No es eso ayudar a limpiar la ciudad de los nocturnos maullidos de gatos y los ladridos de perros realengos?

_ Mami, todo eso está bajo control, ya nos dijeron cómo manejar eso y, en caso de que se den cuenta, sólo hay que "dejar caer" unos cuantos cientos de pesos por debajo de la mesa, y todo se resuelve. -Dijo el jovenzuelo- para seguir:
_Por úlitmo, y  para que sepas lo adelantado que estamos, ya tenemos para empezar como quinientas libras de carne.
_ ¿Carne, dices tu? -Le ripostó la madre-
_ Debiste habérme dicho antes que van a vender carne de todos los tipos, me hubieras evitado preguntar tanto. Eso me parece bien pero, lo que no logro entender es, para qué tienen que tener el lugar de trabajo cerca de una letrina. ¿Qué relación tiene una cosa con la otra?

_Pero Mami, tu si eres ignorante, es que cuando el producto está en terminación, hay que "untarle" una pasta especial para que sepa bien al paladar y obtenga una buena textura. -Dijo el hijo, a manera de educación, terminando por decirle:

¿Es que no sabes Mami linda, que los salamis no saben a nada si no tienen un poco de mierda?
Escandalizada la madre grita:
_¿Queeeeeee?
Antes de que la madre reaccionara, él dijo:
_ Y ya tenemos el nombre, se llamará COPROFALAMI. Que lindo nombre, verdad Mami?

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