Por Henry Osvaldo Tejeda
En este sentido, Medio Ambiente no está en nada, ni la policía, ni la Gobernación, ni el Diablo carajo, ni nadie de los que tienen que ver con ésta maldad llamada, RUIDO.
Se acercan los días, donde la paz y el poco, o, ningún sosiego que nos puedan dejar tener los azaroros vendedores ambulantes con sus malditas voceaderas a todas las horas del día y hasta de la noche.
Ahora vendrán las famosas, odiosas y molestosas "Tumbacocos".
Estos monstruosos vehículos, que se caracterizan por el ensordecedor ruido que hacen con sus equipos de sonido de alto poder, promocionando tal o cual candidato o partido, se convierten en los azotes de la ciudadanía en tiempos de campaña.
Cuando un aparato de éstos pasa por la calle con su escándalo, todos los enseres y hasta las paredes de las casas tiemblan, y qué decir de los miles de personas enfermas que en ellas habitan; algunos, hasta con enfermedades terminales.
La Fiscalía de Medio Ambiente parece que no le interesa la salud del pueblo, porque no estamos viendo ningún apresto para que a ésta situación se le ponga coto. Una vaina tan sencilla, o sea, controlar ese horror.
Medio Ambiente, en una semana te hace un bulto, luego desaparece al igual que hace la policía de AMET con los vehículos, los operativos los hacen cuando quieren poner de moda alguna acción como por ejemplo: en una semana les coge con ir a joder a los motoconchos por el casco protector, en la otra semana les coge con detener a los vehículos privados solo para joder la paciencia, mientras las odiosas guaguitas de Los Mulos, andan llevándose todo por delante; en otra semana, les coge con detener al que se le antoje (pero siempre a vahículos privados) a ver si andan sin documentos y otra pendejá, pero la verdadera razón del trabajo de esa semana es, para "recaudar" fondos mediante las multas y..........¡Cuidado si algo mas! Me dicen que le dan una "comisión" por cada multa.
Mientras están en estos menesteres, ya los motoristas andan de nuevo sin los cascos, se comen las luces rojas, se meten en vía contraria, y en ese trajín, se nos va la vida en La Romana.
En este sentido, la Fiscalía de Medio Ambiente no está en nada, ni la policía, ni la Gobernación, ni Belcebú, ni el carajo, ni el coño, solo corrupción, el macuteo, y nadie quiere mover un dedo para solucionar ésta maldad, llamada RUIDO.
Hace días que estoy tratando de llamar la atención de Andy Omar Johnson, Subsecretario de Medio Ambiente, para hablarle de un sencillo plán que tengo y que me gustaría que esa oficina lleve a cabo en los próximos días, y hasta publiqué en éste blog un aviso, pero señores, es mejor ladrarle a la luna. Cuando les salga de la conciencia, puede contactarme, él sabe como hacerlo.
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