VIVENCIAS EN SAN JOSE DE OCOA: (La banda Municipal de Música)

Había que estar ahí para saber lo que se gozaba con esos "azarosos" muchachos; Todavía Mamilo Pimentel sigue en el medio jodiendo la paciencia, a cada rato lo veo "figureando"en los blogs de Ocoa con sus ocurrencias. Mamilo es el autor de las letras de la canción parodia, que le compuso a la situación del Pastor Niní Duvergé, el mismo de la barra donde yo me "jartaba" de sandwiches y batidas. Esa anécdota, está en otras chácharas que publicaré próximamente, es muy jocosa, pues se trata, de que confundieron a una persona y le tiraron una funda de mierda, creyendo que era otra persona; tamaño lío, espérenla.
Cayayo, ese es un tajalán, de pausado hablar pero, cooooño, salía con unas pachotás como para cagarse de la risa, al igual que Genao pero, aunque era mas calladito,tenía tamvien su músiquita por dentro.
Un dia, (ésto me lo contó Nidio Pimentel porque yo ni cuenta me di) mientras ibamos tocando y marchando desde la glorieta hacia la Academia de Musicam local de la banda, a Dante, un saxofonista, por estar de pendenciero, tropezó con algo y por poco se cae de boca, pero se le salió la caja de dientes, y antes de que se la pisara el que venía detrás, le dió un zapatazo que la llevó hasta el contén derecho de la calle, frene al colmado de Pirrindín; rapidamente se salió de la fila, se aplastó y la recogió, se la puso y luego se mandó en una carrera detrás de la banda, que ya iba lejos creyendo que nadie supo lo que le pasó, pero ahí estaban los ojos "malditos" de Nidio Pimentel. Al otro día solamente sabía de ese asunto, Nidio y el pueblo "enterecito" (como él decía).
Una vez, tocábamos una alborada, eran como las 5 de la mañana, y cuando ibamos bajando la cuestecita que hay en la calle Sanchez, próximo al barrio El Rastrillo, a Francisquito, el que tocaba el Drum (le deciamos el Bombo a ese tambor, que es el mas grande de los tambores), se le zafó la correa que le ataba al Drum, y cuando ese artefacto empezó a rodar "jarda abajo" entre los pies de los músicos y con el ruido que hacía ese aparato, se armó un "juidero" del Diablo.
Francisquito solo dijo: ¡Ay, santísimo! Si ese aparato se rompe, me jodí ahí mismo. Es que francisquito era un humilde (humildes eramos todos los que tocábamos en la banda) campesino, que llegaba en un burro desde un campito llamado La Aguita, lo dejaba amarrado donde el padre de Genao y se iba a cumplir el servicio con la Banda Municipal de Música.
En unas próximas chácharas, contaré algo mas de este glorioso centro de gente "relajá" que se llamó, La Banda de Música de San José de Ocoa.
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