viernes, 21 de mayo de 2010

CHÁCHARAS: PERIPECIAS DE UN OCOEÑO ENTRE OTRAS COSAS


Por Henry Osvaldo Tejeda

No creo que haya un país en el mundo, donde la gente sea tan jocosa y "relajá", como los dominicanos pues, a todos los problemas serios le tenemos una contra bien jocosa.

Recuerdo que en el gobierno de Juan Bosch, cuando se empezó a cancelar montones de empleados públicos para darle paso a los perredeístas, teníamos una gripe a la cual se le puso el nombre de "La Aplanadora", en alusión a la cancelación masiva de opositores que llevó a cabo el querido Profe Bosch.

Hubo un merengue que se puso de moda Guandulito cuyo titulo fue tomado para bautizar una influenza que nos azotaba en esos días, era "La Cariñosa".
Recuerdo como ahora mismo una estrofa que decía: “A mi me dio la cariñosa y tuve diez días acostao, me paré de la cama mas seco que un bacalao". Igual sucedió con la gripe “La Calambrina”, título también de un merengue.

Para esos tiempos, en una campaña electoral en la que Balaguer buscaba quedarse en el poder (como siempre), se le dio a la gripe del momento el nombre de "La Reelección".

Otra gripe que vino acompañada de vómitos y diarreas en el gobierno de Antonio Guzmán se le llamó, "La Fiebre Porcina", fiebre aquella por la que hubo que sacrificar todos los cerdos del país. Tiempo después de la muerte de "Chapita" (Trujillo), se tomó el nombre de un centro de torturas del dictador para ponerle el nombre a una gripe que nos afectaba, es decir, "La 40".

Así es el dominicano, por eso, en cualquier lugar te encuentras con alguien que te sale con una "pachotá" de la que tienes que reírte aunque estés "encojonao". Es el caso de un "Guachimán" que vi en la oficina de Aster. La fila era muy larga y en la misma habían algunos avivatos de esos que siempre "andan rápido".

El hecho es que, una joven, muy molesta con los empujones y las malas palabras que escuchaba, le dijo al "Guachi", que tenga la amabilidad de poner el orden, a lo que el "Guachi", un ex-guardia, de vocabulario pueblerino, de los que llamamos "de la plebe", sin mucho empacho le salió a la joven con esta perla:

_Señorita, uté se acaba de "guayá" ahi mimo, yo toy muy viejo pa'ta bregando con to'etose samurose y mal educaose, porque hace un ratititico, ante de que uté llegara, yo quise poné el oiden en esa fuñía fila y una "mujecita" ma agentá que el carajo, me quiso tragá solo porque le dije que se echara un poquito pa'trá, ej'má, si yo hubiera sío un aguacate, esa mujecita me come.

Cuando ese “Guachi”dijo todo esto, eso se vino abajo de la risa, y hasta el “reperpero” se calmó.

Quiero comentar una situación a la que puedo catalogar como seria y jocosa a la vez ,por la que pasó mi amigo Angel Sáchez, alias Ñaña, un ocoeño que jugaba pelota en pequeñas ligas conmigo. Este joven, izquierdista desde sus años mozos se mudó para Santiago y en el 1974, se presentó en el Estadio Cibao el evento "Siete días con el Pueblo", (en el cual y participé pero, en la capital)evento éste, donde actuaron varios artistas revolucionarios de America Latina; el fin del evento era, concientizar a la gente sobre la política desastrosa y tiránica de Balaguer, denunciar y sus crímenes, por lo que el Estadio Cibao estaba "cundío" de policías vestidos de civil.

Mi amigo Ñaña, llevó un Long Play (LP) para que se lo autografiara el grupo Los Guaraguaos que esa noche actuaría, y en medio del evento, se armó la del perro, un tamaño reperpero con tiradera de chinas (naranjas), y ahí se armó el juidero".

Mi amigo Ñaña, para evitar ser apresado, y asustado, mas aún por ese material subversivo que llevaba consigo (el LP de Los Guaraguaos) y privando en un Superman criollo, se tiró de una pared del estadio Cibao, una de esas paredes que solo salta un ser humano cuando sabe que si no la salta, es posible que los policías lo pongan a firmar con "Los Carmelitas";

Lo hizo con tan mala suerte y con tan malos cálculos, que fue a caer dentro de un cuartel de la policía, con su LP en la mano. Ahí mismo quedó guardadito el querido amigo, mejor dicho, él mismo se guardó sin dejar de "miarse" dos o tres veces y luego, con un leve olor a "sica", lo encerraron.

No sé qué le hicieron, pero de lo que estoy bien seguro es de que no lo invitaron a comer pizza. Mucho tiempo después, contacté al amigo Ñaña y le pregunté, cómo iban sus labores izquierdosas, recibiendo la siguiente respuesta:

_No me jodas tu Osvaldo, no me hables de esa vaina, hace añales que renuncié del izquierdismo".
Cuando le pregunté el porqué, me dijo: _"Es que hay que "juir" demasiado y ya estoy muy viejo pa'esa vaina.