domingo, 10 de julio de 2011

EL METAMENSAJE DE UNA CIGUITA



 Por Henry Osvaldo Tejeda

Hace un par de días, me encontraba en el parqueo de una clínica privada de esta ciudad de La Romana esperando que mi esposa saliera para llevarla a casa, Mientras fumaba un cigarrillo, vi  una pequeña ciguita, empeñada en picotear algo que parecía una galletita, o mas bien parecía una hojita mustia, que por su color entre marrón claro y amarillento se parecía a una galletita.
La avecilla, picaba insistentemente la hojita mientras miraba nerviosamente para todos lados,

Se pasó un buen rato picando y volteando la hojita (galletita, o lo que sea), y no pudo conseguir cortarle ni un solo trocito. Yo no me movía del lugar porque la curiosidad me llevó a querer saber el final de la lucha de esa ciguita por su vida y la de sus polluelos, por quienes estaba enfrascada en una lucha contra algo parecido a  comida.

Al ver que no podía obtener lo que quería, la avecilla se subió en la hojita (o galletita), se aplastó y le dejó encima una plasta de mierda. Orgullosa, rauda y de lo mas campante, se perdió en los jardines vecinos entonando un canto, quizás de frustración por fallar en su intento de comer, pero también pudo haberse ido contenta por haber encontrado tan buen lugar donde hacerse pupú, aunque también pudo haber sido por venganza. ¿Quién Sabe? Lo que sí creo es que en su acción, esa avecilla me quiso dejar un mensaje. 

Este país se encontró a Leonel Fernández en el 1996 y ha estado tratando por todos los medios de ingerirlo creyéndolo potable, pero fue muy fue difícil y, aún creyendo que se alimentaria de la "sabiduría" y de lo que creyó pensamientos revolucionarios de Leonel y de muchos peledeístas; vuelve el pueblo y le da dos oportunidades mas. Los voltea, los mira, los escucha, les pide, les ruega, y hace hasta lo imposible, con tal de ver qué puede sacar de ese señor y su partido. 

Tanto ha sido la tolerancia a los desmanes de Leonel y su equipo de gavilleros que el pueblo hasta dejó perder el orgullo de fiero luchador contra las injusticias, del que solía jactarse y hacer galas, además de quedarse boquiabierto y estupefacto de su propia ineptitud para hacerle frente a tanta burla, haciéndo de hazme reir del mundo por no tener los cojones suficientes para salir de tal engendro,  dejándose denigrar en grado superlativo por un hombre que se ha aprovechado de tanta sangre vertida por un pueblo en búsqueda de mejor vida. Puedo decir que, ni el mismo pueblo sabe a qué achacarle tanta pasividad y dejadez para combatir.

En ese trajín y pasando las de Caín, el pueblo se da cuenta de que no hay nada qué buscar en algo que no sirve por mas vueltas que se le dé; es cuando debe decidir poner en práctica el metamensaje de la ciguita, aplastarse en él y su partido en el 2012, embarrarlos de su propia mugre y olvidarlos para siempre, y mejor aún, agregarle algo mas, es decir, encarcelarlos y quitarles lo que nos robaron.


Sigo diciendo: "Tantas gentes buenas y honestas que hay en ese partido, carajo"


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