domingo, 29 de abril de 2012

PERIPECIAS DE UN VIAJE DE PLACER

¡¡Felíz cumpleaños, madre mía!!
Por Henry Osvaldo Tejeda Báez

El Doctor José Reyes decide irse de vacaciones, donde aprovechará para celebrar el cumpleaños de su querida y adorada madre, por lo que llama a Doña Norma y le dice:
¡Recoge unos cuantos trapos que nos vamos de viaje! Si no encuentras mi pantaloncito corto, mocha uno de esos que uso casi to'los días, pero ten cuidao si mochas uno nuevecito que compré hace poco, dale tijeras al que veas que está mas "luyío" en los "fundillos"

Así se hizo el viaje, y en unas cuantas horas ya estaban en Miami, donde presuroso, el Doctor  fue a ver a su madre. Compró un bizcocho y en la foto de mas abajo pueden ver que hijo tan cariñoso.

Humo, eso le recuerda gomas quemadas en la Universidad
Luego de pasar un buen tiempo con su madre, el Doctor Reyes se dirije a un gran hotel (sin estrellas, pero lujoso) en las afueras de la ciudad, y en poco tiempo está ya hospedado en el mismo.

En lo que un gallo canta un reguetón, ya nuestro héroe tiene enganchados los pantaloncitos cortos marca Chavo del 8 y unas chancletas Samurai.

Mientras caminaba, ve una gran nube de humo que sale de un gran hoyo. En ese lugar se quedó una media hora, estaba mas que "alelao" mirando el humo, lo que le trajo muy buenos recuerdos de cuando quemaba gomas en la universidad o en el liceo segundario.  El Doctor pensó: ¡Carajo, que buenos tiempos aquellos!

El Doctor decide dar una vueltecita por el entorno, y como no conoce bien el lugar se fue de nuevo a la habitación y se puso una camisa manga larga y su gorra "guapachosa", no vaya a ser que hayan pájaros choguises por el lugar y se les queden mirando sus piernotas de modelo.

Aqui vemos al Doctor y a Doña Norma en una calle peatonal de Miami.


Luego de su morriña, el doctor decide ponerse los pantaloncitos. No le importa que hayan mosquitos en el lugar, esos zancudos no se atreverán a picarlo porque tendrían que andar por lo menos, con un pico y un estilete de metal para poder hoyar en las batatas de nuestro héroe, y así coger aunque sea un "chin' de  sangre del Doctor, y eso si que está difícil en esa carne vieja.

Además, esos mosquitos no saben lo que nosotros sabemos, que el Doctor donde mas sangre tiene es en la naríz y es solo cuando se encojona y cuando las avienta que se le nota. Si alguien le toca una tecla que lo hace incomodar, el Doctor Reyes le avienta la naríz y para que las cosas no pasen a mayores, el "encojonador del Doctor, debe salir huyendo y dejar el pelao.

Pero el Doctor Reyes,  es un hombre tan sosegado, que el aventón de nariz sólo le  dura unos cuantos minutos, luego usted lo ve buscándole la vuelta a la persona que lo hizo aventarlas y dejarlo todo en paz.

Aquí lo vemos tomándose un capuchino junto a doña Norma  
Mientras toma su capuchino, el Dr Reyes se pone a pensar en un moreno amigo suyo que no puede viajar a los Estados Unidos, porque esos desteñíos del Norte no le dan visa.

"Es injusto -piensa el Doctor- Esos Gringos son demasiados malagradecidos con ese moreno, pues éste se pasa los años, día trás día hablando bien de ellos y hasta celebrándole sus abusos en el mundo,  y mira cómo le pagan, pero asi es la vida".
"Ahora estuviera el moreno ese, dándome carpeta en mis vacaciones. Además, cómo yo voy a andar con un hombre que en lugar de sentarse a comer en una mesa, se faja a comer caña como los bueyes. Parece que tiene una retroexcavadora en la boca". "No, no, mejor que no esté aquí"
El moreno de la historia, dándole muela a un cañuto de caña"

El moreno de la historia, dando cuenta de un cañuto de caña, a "diente pelao".

Continúa el Doctor vacacionando, botando el estréss y mientras en eso está, le pasa por la mente preguntarse: ¿Cómo me vería yo sentado en un trono?  -Me he sentado tanto en sillas de guano y de palitos, que tengo los "fundillos" aplastados". Me gustaría un trono.

Echó el ojo por todas partes y vió lo que le pareció un trono y pensó: "Aunque sea por una vez, quiero parecerme a Nerón. Dicho y hecho. Se trepó en las piedras y ya pueden ver a Nerón Reyes extasiado mirando el horizonte. Se vería bien con una guitarra de las llamadas "TRES", usada por los soneros que se visten de mamelucos con breteles, zapatos de dos tonos y la inseparable "guapachosa".

Sigue el recorrido del Doctor por los jardines y los paseos que simulan fachadas de construcciones antiguas. El Doctor piensa, que si no fuera porque tiene que escuchar un programa de radio todas las tardes a las 5:30 en su país, le solicitaría al Bauta que le dejara poner la oficina en ese hotel. ¡Cuanta tranquilidad carajo! Aquí no tengo que estar fuñendo con el Cólera, ni con Dengue, ni Malaria, ni na de esas vainas.



Aquí lo vemos como ya como Nerón Reyes. encaramado en un palo

El hombre sigue tomándose lo que él luego llamará "fotos históricas", en el tranquilo panorama. Es que por lo regular, casi todas las fotos que le han sacado han sido con un paquete de gente a su lado con recetas médicas en las manos, y uno que otro borrachón kawasaki exigiéndole el "Dáme lo mío" que no he bebío hoy".

Aqui parece un refugiado de Chechenia
Bueno, llegó la hora de partir. El Doctor le dice a Doña Norma, que empaque los corotos y los peteperepes, porque ya es hora de salir del hotel. Pidió la cuenta y cuando se la llevaron, nuestro héroe no podía creer lo que estaba viendo. Solo miren la foto para que vean la expresión del doctor Reyes cuando vio el tablazo.

El Doctor Reyes "emburujao" con la cuenta del hotel  
  _¡Pero bueno! ¿Se estarán estas gentes volviendo locas, quién Diablos se comió todo eso que dice este factura? No, no lo puedo creer, estos  es demasiado dinero por un par de días dando vueltas por unos jardines en pantaloncitos cortos y mirando pendejadas -Así pensaba y rabiaba el Doctor-

La primera reacción que tuvo fue, ir a la administración del hotel, coger al administrador por el cocote y  decirle un par de palabras "de "las que él se sabe". Pero luego lo pensó dos veces y se dijo para si: "es mejor dejar esta pendejá te este tamaño. Si le doy un mal golpe a este hombre, los gringos me van a llevar "de to'el alto" por los fundillos. Además, aqui no es el PLD que gobierna, estos desteñías son otra cosa.

"Se la voy a pagar, por no armar una vaina aquí, pero cuando quiera salir de vacaciones otra vez, me iré pa'l río Chavón que está cerca de mi casa. Allá me tomo las fotos que me dé la gana, me baño hasta en pantaloncillos mangas largas si quiero, duermo en la playa, y no tengo que comprar comida, porque me la llevo hecha desde mi casa. ¡Ladrones!

Antes de salir hacia Santo Domingo, como buen hijo que es, el Doctor volvió donde su querida madre y le dijo: "Mamá, tengo que irme para Santo Domingo, tengo demasiados compromisos allá que tengo que atender, dame tu bendición. ¡Sión mamá!
La despedida del doctor Reyes de su madre.

¡Que Dios te bendiga mi hijo! ¡Cuídate de los amigos y allegados! Te lo digo porque tu no tienes enemigos.
Muy tierna escena, que no podía dañarse si el doctor le dice a su madre que tuvo que acelerar el viaje porque quedó a "rataplán" (en olla) de los bolsillos por lo que tuvo que pagar.  ¡Ay, esa jodía cuenta del hotel!

NOTAS DE LA HISTORIA
La reseña de este viaje fue escrita hace mas de dos años. El viaje fue real y muchas de la mayoría de las situaciones, son adornos del autor de esta cosa llamada reseña. Vale aclarar, que hace tan sólo un par de semanas que al moreno que vieron tragando caña en una foto mas arriba, fue beneficiado (¡Por fin!), con una visa para viajar a Estados Unidos. Ahora el Doctor previendo que el Moreno lo vaya a "gardear pegao" en uno de esos viajes, decidió  pautar sus  próximas vacaciones para Cuba, país este que el Moreno odia a muerte.

Aunque no viene al caso ni tiene nada que ver con el viaje, aqui les muestro parte de la familia del Doctor José  Reyes, sólo para que la conozcan.

José Reyes, su madre y dos hermanas. No sé la fecha de esta foto, pero, no es de ahora

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