domingo, 21 de marzo de 2010

VIVENCIAS EN SAN JOSE DE OCOA: EL BAR TRES ROSAS Y LAS LUCES


Por Henry Osvaldo Tejeda

(continuación)

En la primera entrega, quedamos en la aparición del conjunto musical Alpha 70, aquí contiuamos con la historia de las peripecias (entre otras cositas) de Pururú y las luces del Bar Tres Rosas

El grupo musical Alpha 70, tuvo tan buena aceptación (…?) que el buen amigo Tony Isa, por una sugerencia mía decidió hacer un "Jueves Social" aparte de la fiesta de los Domingos, y el impacto que eso causó fue tremendo. Alguien dijo un día sobre el Jueves Social: 

"Eso es un Domingo en un Jueves".

Eso fue otro verdadero palo y mejor aún, porque era de noche y yo, que había jodido tanto a Pururú para que bajara las luces del Bar Tres Rosas, le había sugerido al amigo Tony y a Jovino Isa (el administrador) que bajara las luces lo mas que se pudiera a lo que aceptó de inmediato, dándole el verdadero palo de la gata al Bar Tres Rosas.
(Debo decir que Tony, visitaba el Piano Bar La Barrica y ahí no se veía al que estaba al lado).

¡Un Jueves de esos. vi a Pururú, que entró al Marién precisamente cuando yo estaba cantando una balada, todo estaba como la boca de un lobo de oscuro. Jesucristo, para qué fue eso! El Viejito salió "desgaritao"; no aguantó mas, y a la semana siguiente empezó a hacer una remodelación del “Tres Rosas, se compró unas luces a las cuales él les podía bajar o subir la intensidad a su antojo.” Eso me recuerda los muñequitos, donde vivían acechándose y siempre en competencia, La Zorra y el Cuervo.

Me llamó un día y me dijo: Ya estamos listos para cuando quieras hacer un bailecito aquí cualquier día de la semana y si quieres, lo haces todas las semanas. Me dio apuros, porque El Viejito era muy bueno y decente, pero le dije que yo tenía un compromiso con Tony Isa y que se vería que le estaría haciendo competencia, Pururú lo comprendió, y me dejó las puertas abiertas por si deseaba hacerlo.

El Viejito decidió "bajarle” las luces a la pista, mejor dicho, creyó que las bajó, pero “algo es algo” le dije a Cacao, mi amigo de infancia. Ya uno podía pegarse y estrujar un poco más a las muchachonas y hasta las mas recatadas, ya dejaban que uno se les pegara, porque cuando uno bailaba con una chica que le gustaba ella no dejaba que uno se le pegara, y ya no se veía ese espacio entre parejas, es decir, no se escuchaban las palabritas de siempre: 


“¡carajo, échate pa’ca, tu no ves que ¡tamo” tan “despegao”, que por el medio pue’pasá una patana!. Ya hasta se podía bailar copiando del estilo estadounidense de los sesentas, en que el macho rodeaba a la chica por la cintura y la hembra le rodeaba el cuello al macho. ¡Así si era chulo!

A veces me le acercaba a Pururú y le decía que bajara un poco mas las luces, con tan buena suerte que, a veces, se le iba la mano y la bajaba casi toda, pero cuando miraba hacia la pista de baile y veía lo que pasaba, se iba corriendo y volvía a subirlas. Era el cuento de nunca acabar.

UN APARTE NECESARIO

Debo hacer un aparte obligado para decir, lo que debí decir antes de escribir todas estas vivencias (¿o, sandeces?) y es, sobre el inicio de un jovencito en las lides de de la vida “social y del fiao en el Bar Tres Rosas. Esto era casi un ritual que comenzaba, por los cuentos de los mas viejos, los que ya se habían graduado de “cogefiao”. 

¿Cómo lograr el fiao? ¡Fácil! A mi me enseñó un graduado Suma Cum Laude del Fiao en el Tres Rosas, que debió escribir un folleto sobre el tema, me refiero a Julio Alberto Santana, mejor conocido como CACAO (hoy, residente en NY)

“_Mira –comenzó Cacao diciendo- lo que tienes que hacer para empezar con el Fiao es, búscarte unos pesos para que entres al bar y siéntate a beberte un frasco de ron y un refresco, a la hora de pagar, vas directamente a la cantina (no mandes el mandado con Felito el camarero, te van a decir que no si lo haces así) y dile a Pururú que te faltan tres pesos para pagar la cuenta, él te preguntará alguna tontería como ésta: ¿ Cuándo lo vas a pagar?....

"_Si quieres -me dijo Cacao- lo hacemos entre los dos, yo compro “el servicio” y te doy el dinero pa’que tu pagues, porque lo que queremos es que tu tengas crédito, pa’cuando yo no pueda coger fiado, lo haces tu y nos mantenemos “en el medio”.

Antes de seguir, debo decir que Cacao, al momento de darme las explicaciones, debía una factura y tenía el dinero para pagarla, pero era Sábado y había que beber ese día y el Domingo también, por eso, no quería deshacerse del dinero porque si pagaba, solo podía hacer una factura fiada ese mismo día, después de pagar , porque El Viejito no despachaba cuenta sobre cuenta, por lo que era una urgencia conseguir mi crédito.

SIGUE LA CLASE DE CACAO
_Dile a Pururú, que al otro día se lo pagarás, porque se supone que tenemos el dinero guardado, luego vas al otro día y se lo pagas. 


Después, dejas pasar una o dos semanas y vuelves al Tres Rosas, vas de nuevo donde El Viejito y le dices con cara de muerto: _Don Pururú, hágame el favor de despacharme un servicio, para pagárselo la semana que viene”. Como no se negará, ya eres un cliente.

Así nos pasó a la gran mayoría de jóvenes del pueblo, por lo menos, a todos los que necesitábamos estar siempre en el medio, y otra cosa, Pururú no enviaba a nadie a cobrar, por lo menos, a mi no me lo hizo nunca porque, como él sabía que uno era “del medio”, tenías que entrar al Tres Rosas “por gravedad”, y ahí mismo te hacía una señita, te enseñaba tu cuenta:
1 Bernúdez…………….
2 Coca Cola……………
Subtotal………………..
Por ciento……………..
Total…………………. ======

UNA ANECDOTA

Una noche, estaba Pachón, el promotor de Brugal, que era tan largo como una escalera y mas flaco que una tabla de manacla. Él, como todos nosotros, metía su ron de contrabando al Tres Rosas, le daba cinco pesos a Felito el camarero y éste, se pasaba la noche llevándole hielo y solo tenía que comprar los refrescos. Así salía barata la fiesta.

Una noche, Pachón estaba bailando de lo mas acaramelado con su novia, cuando se oyó que ella le decía: _ Si no te sacas esas dos botellas de Brugal que tienes en la cintura me voy a sentar y no voy a bailar mas contigo".


Pachón alarmado, se levantó la camisa y le enseñó la cintura a la mujer diciéndole: _Pero Mami, no ves que no tengo ninguna botella?
La mujer miró la barriga y la cintura de Pachón, y le dijo: Me dá igual, ahora bailaré menos contigo, es mas, hasta que no engordes no voy a bailar contigo, porque ese costillar que tienes, me está apuñaleando desde hace mucho tiempo. ¿y e loco que tamo? ¡hazme el favor!!!

SEGUIMOS CON EL TRES ROSAS Y PURURU

Las tantas protestas de los "quemadores", hizo que El Viejito bajara las luces cada noche mas y mas, mucho mas. Ya se podía escuchar en el baño a los "tigueres" decir: "Bueno, hay que aprovechar a Pururú, porque parece que hoy tá medio "prendío" y se le ha olvidao subí las luces, vamo a poné eta "vaina" pa la derecha y vamono a dá cintura'e mono" pa la pijta".***

(si no entienden lo de “ponerlo a la derecha” vaya a preguntárselo a los bailadores viejos, porque yo no se lo voy a explicar)

Pero, con todo y todo, las cosas no serían tan color de rosas, porque Pururú no era un maíz, así con su cara de gente bonachona, se introducía entre los acaramelados novios y ¡flirteadotes” linterna en mano, enfocándole las caderas y las nalgas a los bailadores, y cuando había una pareja que él consideraba que estaban casi metidos uno dentro del otro por tan pegados que estaban, El Viejito los tocaba con la linterna produciendo destellos como los de un faro a los que acompañaba diciendo las palabras que se hicieron famosas en Ocoa: "_¡¡¡Hey, hey!!!, qué pasó ahí?­”

Un día estaba yo, podríamos decir que pegado como un saltacocote" "de una chamaquita (así les llamaba Cacao a las féminas) y El Viejito me susurró al oído:

 _Osvaldo, en el piso hay mas mosaicos, ¿porque no te subes en los otros, puñetero?
¡Que vaina, ahí volvió Pururú a bajarme ….el, eeehh,. Perdón…la nota, no sean mal pensados, ¿qué mas podría habérseme bajado?.

Cuando terminé de bailar, llevé a la chamaca a su mesa y me fui al baño, pero en el camino me topé con Pururú, que aprovechó y me dijo: _Si ves un par de pesos mas en la cuenta, es que te cobré el hotel.
¡Carajo, pero qué vaina! -fue lo que atiné a decir riéndome!

Debo decir, que todos respetábamos a Pururú, además, la juventud canera de Ocoa no podía decir que no le debía aunque sea una botella de ron al Viejito, todos estábamos “Cogíos por la guardia’e Mon!

***En La Romana dicen a la pista de baile “la pita” sin la s, en Ocoa, los “Tigueres” le dicen Pijta, con una jota.

Tony Isa, fué mi personaje de la semana pasada. pueden ver su foto a la izquierda.


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