domingo, 29 de enero de 2012

VIVENCIAS EN OCOA: HACHE, EL CHOFER DEL CARRO FÚNEBRE

Por Henry Osvaldo Tejeda Báez


Para el tiempo en que pasó lo que les contaré, en San José de Ocoa (mi pueblo natal) había un carro fúnebre propiedad del ayuntamiento local y cuando una persona de escasos recursos moría,  los familiares solicitaban al ayuntamiento los servicios del carro fúnebre.

Regularmente lo que se hacía era, llevar el muerto desde su casa a la iglesia católica y luego de la misa de cuerpo presente, se procedía a llevarlo al cementerio y mandarlo para "el cielo", "empaquetaíto" en su modesta caja y, con su mejor ropa;  los familiares se aseguraban de que las medias no tuvieran ningún hoyo porque, eso sí que se ve feo en un difunto.

¿Irse al más allá con un hoyo en las medias? No jodan ombe, eso hablaba muy mal, ya no del muerto, sino, de sus familiares.

Uno que otro muerto, lucía dentro de la caja como que estaba felíz de tener que largarse de este mundo pues, al destapar el ataud por última vez a solicitud de algún familiar, el muerto paracía medio sonreído. (Hasta gracioso me lo encontraba yo) aunque no me explico el por qué, aunque creo que la razón pudiera haber sido que se estaba largando de este lado del mundo dejando "en guinda"(*) a algún prestamista o a varios dueños de colmados a los que les dejó una que otra deuda de "romo", comida, etc.........

Un buen día (bueno para algunos pero, malo para el que  estericó
(**) las patas), murió un señor en el Pueblo Abajo y los familiares se agenciaron los servicios del carro fúnebre pero había un problemita, no aparecía Hache, el chófer del carro fúnebre. 
 El tipo era tan borrachón, que se enjuagaba la boca con un trago de "romo"por la mañana y era del tipo de borrachónes que mascan el "romo" y, luego de un rato mascando, es cuando  se lo tragan; es como si estuvieran comiendose un bollo u otra vaina así.


Como dos horas después de tanto buscar, lo encontraron en La Barra América "metío en bemberria". (***)
Cuando le dijeron lo del muerto, Hache se puso medio remolón, no le gustaba interrumpir una "bebentina" y menos ahora, que que el "suape" (léase, el jumo) estaba en su cumbre. 

"Lo convencieron" (hubo que amenazarlo con cancelarlo) y Hache fue a la casa del muerto, lo metieron en el carro y arrancó.

La multitud caminaba muy lentamente; Hache pensó: "A este paso se me va a "pasá" el jumo y voy a ta resacao sin habéme dormío ni acostao". 

Acto seguido, le metió el acelerador hata el fondo y llegó él sólo a la iglesia, donde le dijo a unos tigueres que lo ayudaran a meter el muerto en la iglesia y se fue de nuevo a continuar la parranda a la Barra América.

Como la barra distaba de la iglesia unas tres esquinas, le dió cinco cheles a un tiguerito para que le avisara cuando el cura terminara la misa y así, bajar "en bola de humo" a llevar el muerto al cementerio. 


Luego de  una hora, se le apareció el tiguerito diciéndole que ya el cura había terminado.
Haché le dijo a su amigo de parranda: 

_ ¡No te muevas de ahí, que esto será "un paño con pasta".(****) Dos minutos le tomó a Hache llegar a la iglesia.

Los deudos y amigos  del muerto
(y por qué no, también los acreedores) metieron el ataud en el carro y no bién habían cerrado la puerta cuando Hache arrancó como honda que lleva el Diablo. Sólo se oyó un guayón de gomas y luego se vió el "pelao" negrecito en el pavimento.

Los familiares y amigos, cuando vieron que ese hombre arrancó así se mandaron "desgaritaos" detrás del carro, "pin pun" a como lo hacen en tiempos navideños los pobres infelices que corren detrás del camión de las ignominiosas funditas del gobierno.
"Eso había que verlo, eso es lo que se llama de verdad, un entierro de pobre"  -Dijo un viejo sonriendo, dejando ver que le faltaban por lo menos, cuatro dientes del frente de la boca-.

Hache llegó al cementerio, distante sólo seis esquinas de la iglesia (como dicen en mi pueblo), "en lo que dicen berenjena"y se largó de nuevo a seguir su parranda.

La gente llegó al cementerio "con la lengua afuera", encontrándose con el ataud en la puerta de entrada.



(*) En guinda: Dejar plantado (a), "dejar como a Perico en la estaca"....
(**) Estericó: Ésta palabra no aparece en el diccionario, en Ocoa la usamos para expresar que una persona se puso tiesa, que se murió y se puso rígida, etc...... 
(***) Bemberria: Parranda, juerga, tragos etc........
(****) Paño con pasta: En Ocoa decimos así, cuando en otros pueblos y países dicen "eso es pan comido". Pero la frase viene del lenguaje de los limpiabotas y consiste, en una limpieza de los zapatos sólo con pasta, sin usar el líquido. Por eso, cuesta menos la "limpiá".

 En otras chácharas, les contaré algo más sobre este pintoresco personaje ocoeño.


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