Por Henry Osvaldo Tejeda
El cantautor Víctor Jara, tras ser asesinado en 1973 por militares de la dictadura de Pinochet, fue sepultado por su esposa, acompañada sólo por dos personas, ante la represión imperante en la época. Este miércoles, luego de 36 años de su muerte, el pueblo que lo admira le dedica un último adiós como consideran que lo merece por sus luchas revolucionarias.
America Latina, no puede decir que se ha escapado de esos macabros tiempos de asesinatos, persecución y terrorismo de Estado, porque mientras existan los "Blanquitos del Norte", no habrá paz en el mundo.
Si no me creen, échele un vistazo a la tiranía que se ha instalado en Honduras apoyada por esos "Blanquitos come chiclets". ¡Hasta un dia!
Una estrofa del último poema de Victor Jara, escrito en el Estadio de Futbol donde fué llevado y donde le cortaron las dos manos.
"Un muerto, un golpeado
como jamas creíse podria golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores
uno saltó al vacio,otro golpeandose la cabeza contra el muro,
pero todos con la mirada fija de la muerte".
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